10 may 2005

QUIZA UNO DE LOS pedos que mas fuerte tengo es el del escabrosos tema del amor. Y no me refiero a tener un riguroso checklist que deberia cumplir mi principe azul (o principe de asturias pa estar de moda), ni de las quejas que pudiera tener de los hombres (aunque soy vocera oficial del club proculingunnus), y mucho menos de tener un novio a quien presumir para no parecer tan quedada e integrarme a la sociedá.

No, me refiero a que he probado el desamor (que nada tiene que ver con el odio) y, en combinacion a la doctrina November Rain (nothing lasts forever) y que no tengo un proyecto de vida a largo plazo (aun no se que chingados hare cuando regrese a mexico), mas de un adulto contemporaneo se saca de onda cuando se da cuenta de mis pedos y que llega a la conclusion (acelerada) de que tengo atole en las venas.

Y no. No tengo. Aunque no quiera, mi cerebro sigue queriendo a pesar de intentarle meter autogol y haga o piense pendejadas.

En Europa me di cuenta que puedo estar sola perfectamente. Nunca fui de las personas que ni siquiera pueden estar unas horas solas en su casa, pero tampoco habia experimentado el estar dias sin hablar con alguien para otras cosas que no sea pedir comida, instrucciones, etc. Asi que ahora se que tengo la capacidad de entretenerme sola (ejem), largarme al cine, viajar, ponerme a leer o a comer ese antojo que traigo. Incluso a veces me pongo a pensar, lo cual es una actividad peligrosa.

A veces, estoy sola por que me gusta, en otras, estoy sola porque lo necesito (me refigio en mi), otras estoy sola... pero solo fisicamente. Creo que a eso se le llama extrañar.